Niños altamente sensibles:
15 consejos para desarrollar su crecimiento

niños altamente sensibles

Un niño es una semilla con todo un potencial por desarrollar. Cuando nace, aunque ya tiene una genética que de alguna manera le influirá durante su vida, sus posibilidades son infinitas.

Me entristece a menudo ver a padres totalmente desconectados de sus hijos, o que tratan de sanar sus propias heridas a través de éstos. Aunque no he sido madre, sé lo que es ser una niña hipersensible. También, por el sufrimiento que he tenido durante la adolescencia y la adultez, he analizado mucho y de manera muy profunda la educación que recibí y cómo ésta me ha influido con el paso del tiempo. Me arriesgo a decir que el 90% de las cosas que nos suceden en el presente, están condicionadas por nuestra infancia, tanto para bien, como para mal.

Por eso, en este artículo, me gustaría no solo dar una visión más consciente sobre tener un hijo con alta sensibilidad, sino ofrecer algunas pinceladas para padres que saben o intuyen que tienen un niño con alta sensibilidad y quieren potenciar sus cualidades.

¿Cómo saber si un niño es altamente sensible o no?

Realmente hay muchas características del adulto PAS en él; los niños altamente sensibles son muy observadores, despiertos, suelen tener una imaginación muy potente, son perspicaces, tienen un rico mundo interior, son creativos, contemplativos, la mayoría serán más tímidos o más volcados hacia dentro, pero también los hay muy extrovertidos, tienen una gran energía mental y fuerte sentido de la justicia. Les afectará el ambiente con facilidad, como los ruidos, los sabores, los olores, las texturas etc y se emocionarán por la música o la naturaleza. Pero diría que la característica más significativa de un niño PAS es probablemente su conciencia. Es decir, son niños que van a destacar por preocuparse, interesarse y hablar desde muy temprana edad sobre cosas tales como; los problemas sociales, el malestar de los demás, la naturaleza y su protección, la guerra, el hambre, Dios, la muerte…

 

Son niños que van a saber darse cuenta de muchos detalles a nivel emocional de otras personas, van a captar quién es “bueno” o “malo”, porque son muy sensibles a lo sutil y suelen tener un vocabulario y forma de hablar madura y adulta para su edad biológica. Por esta razón, es probable que sientan que no encajan con sus compañeros de clase o con muchos de los niños que les rodean.

Esto no quiere decir en absoluto que sepan gestionar esas cualidades, o que entiendan el proceso que atraviesan para entender o percibir el mundo de una manera tan vívida y clara. Por ello es necesario que, si eres un padre consciente de este rasgo de tu hijo, le acompañes y guíes para que crezca con una sana autoestima y confianza en sí mismo. De lo contrario, te asegurarás de que se convierta en un adulto depresivo, con ansiedad y sin propósito.

Curiosamente, hay estudios culturales que demuestran que muchos niños altamente sensibles nacidos en occidente, donde no se premia en absoluto la expresión de las emociones y de la creatividad (o hasta ahora ha venido siendo la norma) frente a aspectos más racionales o mentales, han tenido graves secuelas en su edad adulta debido a los abusos físicos y psicológicos que sufrieron en la infancia. Paralelamente, en culturas no occidentales, se suele celebrar y posicionar a las personas y los niños con alta sensibilidad en planos de importancia y estatus social, y se les nombra consejeros, chamanes, líderes, líderes espirituales, artistas etc.

La gente más sensible que conozco, en general ha tenido una infancia nefasta y ahora son adultos destrozados (o se han rehecho, pero han estado muy, muy mal anímicamente). Así que, medita muy bien todo antes de traer a este mundo a otro ser. Si por lo que sea, ya está el pequeño humano en la Tierra, aquí dejo mis tips para asegurar un mejor desarrollo de tu niño PAS:

1.- Mi invitación más sincera es que trabajes en ti mismo, tu confianza, tu bienestar, y tu desarrollo como persona, antes que en la de tu propio hijo. Podría parecer una petición muy egoísta para muchos, pero lo cierto es que cuando un niño ve a sus padres felices, empoderados, proyectando amor propio etc, éste lo recibe automáticamente en su inconsciente. Lo absorberá como una esponja y le ayudará a desplegar sus propias fortalezas.

2.- Evita la crítica destructiva. Cuando quieres ayudar a tu hijo a que crezca y se dé cuenta de algún comportamiento que se le haya pasado por alto o algo en lo que puede mejorar, es necesario que seas específico y ofrezcas alternativas a ese comportamiento que no está siendo óptimo. Cambia por ejemplo un “no seas tan pesado” por algo como “escucha, cuando llego de trabajar estoy algo cansado y necesito un rato de silencio en el salón, puedes ir a jugar mientras tanto a tu habitación y después te aviso para que juguemos juntos”. Esto se denomina Comunicación No Violenta, tema del que hablaré próximamente en otro artículo, imprescindible para sobrevivir y comunicarse de manera efectiva y asertiva con los demás.

3.- Dedícale tiempo a tu hijo, escucha lo que tiene que decirte. Abrázale, llévalo en brazos, acaríciale el pelo, dale muchos besos, comparte sus momentos de alegría y de tristeza. Se físicamente atento con él. El ser humano es poderosamente social. Tal vez el niño PAS esté a gusto con pocas relaciones, pero que sean de calidad. Calidad implica no solo ser proveedor de necesidades materiales, sino ofrecer amor incondicional.

4.- No niegues ni trates de restarle importancia a sus emociones y sentimientos. Decirle a tu hijo/a que el miedo no sirve para nada es un error, decirle a tu hijo que no llore es un error. Y decirle a tu hijo que llorar es de niñas ya ni te cuento. Decirle a tu hijo que no se debe enfadar es otro error… Puedes empezar diciéndole algo así: “comprendo que estés llorando (que estés enfadado etc), y me gustaría ayudarte para que te sientas mejor. Cuando estés más tranquilo, vamos a hablar despacio para ver si podemos solucionarlo.” “¿Tienes miedo de (tal cosa)? No te preocupes, te voy a acompañar y lo vamos a hacer juntos para que veas que no pasa nada.”

5.- No le prohíbas hacer algo sin darle una razón coherente. Adapta las explicaciones oportunas a su edad emocional (no la física). 

6.- Pide perdón si te equivocas con él o ella. Di “no lo sé”, si no lo sabes. 

7.- No des por sentado que tu hijo no se entera o no entiende cuando discutes o hay un enfrentamiento con tu pareja, aunque sea un bebé.

8.- Habla mucho con él sobre las emociones, no evites este tema. Pero también impúlsale a realizar actividades sin forzarle. Puedes decirle, “yo también me siento inseguro a veces cuando voy a hacer algo que no he hecho antes, pero luego me alegro mucho de aprender algo nuevo y conocer a personas nuevas”

9.- Prepárale con antelación para cambios o situaciones diferentes. Habla sobre ello para que no se sienta abrumado, por ejemplo, al ir a la guardería, una mudanza etc.

10.- Intensifica sus talentos creativos; la música, el dibujo, la danza, la escritura, la cocina… Sus pasiones, en definitiva. La sensibilidad está muy relacionada con la creatividad.

11.- Fomenta actividades enriquecedoras para él o ella; ir a la naturaleza, relacionarse con otras personas e interactuar con animales, ir a museos… Acompáñale y presta atención a sus reacciones y comportamientos.

12.- Dale espacios de tranquilidad y sosiego cuando lo necesite.

13.- Cree en él.

14.- Resalta la importancia de los rasgos de ser altamente sensible, como la amabilidad, la compasión, la empatía, la justicia, la intuición, la espiritualidad…

15.- No pretendas que sea como tú.

Uno de los factores que creo más relevantes en los que hacer hincapié es en trabajar con el niño lo que es “el mundo real”, o el mundo no-sensible. ¿Qué quiero decir con esto? Que aunque seas un padre o madre consciente y no le grites a tu hijo, no le insultes, no le hables despectivamente, no seas duro, no le humilles o critiques (sí, no estoy exagerando, esto se da muchísimo en las familias), esto no quiere decir que tu hijo no pueda a encontrarse situaciones de este tipo fuera del entorno familiar. En el colegio, en la calle, o en cualquier momento puede recibir un insulto, una humillación, una mala palabra… y te aseguro que lo vivirá como una auténtica agresión. Por lo tanto, es esencial que le enseñes a poner límites y defender su propia persona. No hagas como hizo mi madre, que me decía que “a palabras necias, oídos sordos”. Porque está muy bien saber que hay ciertos comentarios a los que no tienes que darle valor o importancia, pero es imprescindible enseñar a tu hijo a defender la integridad de su persona, a establecer límites con los demás y a decir no. Y por supuesto, no permitas nunca que alguien humille a tu hijo por su sensibilidad.

Todo esto puede ser aplicado a cualquier educación infantil, pero para la crianza de un PAS hay que ser particularmente cuidadoso, observador, comprensivo y paciente, puesto que “te lo puedes cargar”, y como he dicho anteriormente, una persona altamente sensible tenderá más hacia la depresión y la ansiedad que un no PAS. Es crucial que estés atento a los intereses e inclinaciones de tu hijo o hija altamente sensible para encaminarle hacia un futuro de bienestar y con sentido vital.

Y por último, no me quiero repetir, pero a muchos niños les ha faltado amor incondicional. Esto es destructivo para un niño sensible, el cual está sintonizado con el aspecto emocional más puro. Amor incondicional quiere decir literalmente amor-sin-condiciones. Quiere decir que alguien recibe amor simplemente por ser quien es y por estar vivo, nada más. No hay expectativas, ni dar por recibir algo a cambio, ni nada parecido. Un padre y una madre no pueden esperar sanar sus traumas no resueltos a través de un hijo. Pero es lo que la mayoría hacen. Proyectan en los niños todo lo que no han arreglado en su vida porque no han trabajado lo suficiente, y creen que muchos de los problemas que aparentemente emanan de los hijos son de estos últimos y no de ellos mismos. Entonces empiezan a desvivirse por solucionar lo que les ocurre a los niños, en vez de focalizar en lo que sucede en su propio interior y en la relación y dinámica que se ha generado con los hijos: qué me pasa, por qué me siento así, qué puedo hacer, cómo lo puedo hacer, cómo puedo ser mejor padre o madre para mi hijo, cómo puedo establecer mejor comunicación con y para ellos…

Y hasta aquí, el artículo de hoy 🙂

2 comentarios

  1. Buenísimo el artículo!! Me ha encantado, además he empatizado contigo y he logrado ver en mi hija tus consejos y descripciones. Muchas gracias!
    @criandouna_nas

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